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La noche en que los Backstreet Boys nos recordaron que en los 90 éramos felices y no lo sabíamos
En los 90, llevábamos mil accesorios en el pelo, tops de colores, pantalones bombachos, muchos éramos niños y otros eran adolescentes, y solo pensábamos en competir entre quién de tus amigos tenía el peinado más cool, aprendernos coreografías o coleccionar pósters, que casi siempre tenían que ver con los Backstreet Boys, la sensación pop que en esos años dominaron al mundo.
Un sentimiento unánime de nostalgia por quiénes éramos hace veinte años se sintió durante toda la noche mientras el Palacio de los Deportes se fue llenando en la primera de tres noches de la gira DNA de los Backstreet Boys en la CDMX. Concierto que desde su anuncio agotó su primer fecha y se tuvieron que abrir dos fechas más. Dejando muy altas las expectativas de un show que muchos llevamos esperando años para vivir.
Desde la entrada al recinto, ya se podía notar que la gran mayoría de asistentes éramos mujeres jóvenes y adultas que nos veíamos unas a las otras con mirada confidente porque compartimos recuerdos y la misma emoción de hace dos décadas, pero hoy, detrás de un par nuevo de ojeras que nos recuerdan el paso del tiempo. Algunos hombres también se hicieron presentes pero fue evidente la timidez y deseo de pasar desapercibido de algunos. No entiendo la razón de avergonzarte por tus gustos musicales, el vínculo emocional y personal que generas con la música es lo único que importa. Y en este caso no conozco a alguien que cuando era niño nunca soñó con tener el estilo de AJ, o imitar el legendario peinado de honguito de Nick. Todos querían verse o bailar como uno de ellos.
Eran ya alrededor de las 8:30pm y no había persona que no estuviera lista para un viaje digno de un capítulo de aventuras en el tiempo. Pero eso sí, todos esperábamos sentados en nuestro asiento, porque el tiempo pasa por la música, pero también por nuestras articulaciones. La atmósfera nos llevó de regreso a los maravillosos 90. En los altavoces se escucharon algunas rolas de aquella época como “Hit Me Baby One More Time” de Britney, seguido de las Spice Girls, Missy Elliot y “Gangsta’s Paradise“, mientras todos los presentes aún tímidos comenzamos a mover los pies, ansiando escuchar en vivo el pop único de los años noventa.
Después de muchas más canciones, más de un par de falsas alarmas que desataron gritos y algunos chiflidos de impaciencia, el show estaba por comenzar. Temía que el retraso dejara de lado la emoción que todos sentíamos por estar ahí. Pero una vez se apagaron las luces, la historia fue diferente. La pantalla se tornó dorada y destellos salían de todas partes mientras se proyectaban los títulos de cada uno de los 11 discos de los Backstreet Boys, la emoción crecía y los gritos alcanzaron decibeles que ni la misma Mariah Carey maneja. Los gritos crecieron aún más cuando Nick, Brian, AJ, Kevin y Howie aparecieron en la pantalla al mero estilo de los Avengers. Muy moderno para una viaje a los noventas, pensé.
Los colores cambiaron y por fin pudimos ver que los Backstreet Boys no viven únicamente en nuestros recuerdos y pósters guardados. Con unos trajes muy a la Matrix, abrieron con un corto fragmento de “Everyone”, canción de su álbum Black & Blue. No muchos cantamos esta primer parte pero sí absolutamente todos estábamos hipnotizados por las coreografías legendarias que moríamos por ver. Inmediatamente después comenzó “I Wanna Be With You“, tema con el que pudimos notar que los Backstreet Boys siguen bailando tan coordinados como hace años.
Justo después escuchamos otra canción de los 2000, comenzó “The Call” y los trajes cobraron mucho más sentido (si es que recuerdan el video). Le siguieron otros éxitos quizá no tan entrañables pero que evidenciaron la potencia de la voz de los cinco integrantes. Se vino un primer solo de Brian dejando en claro el que para mí, sostiene la mayoría de las canciones de la boy band y el que más brilla por su carisma, pero claro que también el inigualable tono de voz –hasta cierto punto aún adolescente– de Nick nos hizo gritar como si fuera 1996.
Los Backstreet Boys son conocidos por tener en su repertorio éxitos cien por ciento bailables y llenos de pasos sugerentes que a todas y todos nos hacen querer imitarlos, pero también tienen de esas baladitas llegadoras de las que cantas mientras te asomas en la ventana proyectándote en las escenas más dramáticas y dolidas que tu mente te de chance de imaginar. Y así sucedió cuando se escuchó entonar a AJ los primeros versos de “Show Me The Meaning Of Being Lonely“, en una atmósfera llena de niebla y con una luna enorme proyectada en el fondo. No había persona que no se conmoviera y cantara “Tell me why I can’t be there where you are…” como si tuviera la increíble voz rasposita de AJ. Le siguió “Incomplete“, la última canción donde varios comenzamos a perderle la pista a los Backstreet, pero que cantamos muy clavados en el papel.
Los éxitos seguían y los gritos crecían cuando cualquiera de los cinco hiciera algún movimiento. Los Backstreet Boys dan un espectáculo al cien por ciento, en donde sus voces, coreografías y carisma son protagonistas y donde recursos como luces y efectos quedaron en un segundo plano, únicamente ayudando a potenciar el espectáculo.
Después de un par de cambios de vestuario, la agrupación salió a cantar uno de sus más queridos éxitos. “Quit Playing Games With My Hearth” nos terminó de llevar al pasado, aunque la interpretaron en una versión distinta que confundió a más de una en un inicio, pero que logramos agarrar el ritmo. En seguida se escuchó “As Long As You Love Me“, donde volvieron a lucirse con sus pasos sincronizados. “A mí me duelen las rodillas de solo agacharme”, alcance a escuchar junto a mí. Todos decíamos lo mismo, pues es impresionante la energía que desbordan en el escenario después de casi 22 años de carrera.
Después de estos dos himnos del pop noventero, llegó el momento más especial de la noche. Y es que Brian Littrell cumplió años esta noche y entre la banda y las cerca de 20 mil personas presentes, le cantamos las mañanitas en español. Lo que rompió aún más la barrera entre el público y ellos.
El español se hizo notar en frases como “Hola México cómo estás de Brian”, y Nick con un acento mejor que su compañero dijo algo que volvió loco a todo el Palacio: “México has the most beautiful señoritas in the entire world… Los Backstreet Boys están completamente locos por México”. Todo esto para arrancarse con la versión en español de “I’ll Never Break Your Heart” que fue coreada con un sentimiento especial. La segunda parte la terminaron en inglés, pero nunca dejamos de cantar.
Para este momento el público comenzaba a cansarse fisicamente o simplemente disfrutaba de ver el espectáculo sentado en sus asientos porque repito, ya no somos los mismos de hace unos años y muchos llegamos directo de nuestro trabajo godín. Pero sin duda todos nos olvidamos de esto cuando se escuchó el inconfundible “Everybody… rock your body…” y entre luces neón de colores apuntando en todas direcciones y un fondo de calacas-catrinas que proyectaron en las pantallas, los cinco integrantes aparecieron vestidos completamente de blanco, en un atuendo digno de la mejor agrupación pop masculina de la historia. Se tenía que decir y se dijo.
La gente que estaba sentada se paró de su asiento y tratando de no pensar que fuera un espectáculo de un chipendale, todos bailamos y cantamos con mucha energía uno de los mayores éxitos de la banda. A partir de ahí el ritmo no bajó y pudimos disfrutar de canciones como “We’ve Got It Goin’ On”, “That’s the Way I Like It” y “The One“, haciendo que nadie volviera a tocar el asiento de su silla. Todos bailábamos tratando de imitar los pasos de baile de ellos y fallando en el intento, pero disfrutando y cantando los éxitos más enérgicos de la agrupación. El viaje en el tiempo se terminó cuando nos descubrimos unos a otros bailando como si nadie estuviera viendo y cantando como si estuviéramos frente al espejo.
Ya puedo superar los noventas después de vivir esto pic.twitter.com/mevLXrOIvk
— Fer (@ferbrravo) February 21, 2020
Y la icónica guitarrita nos introdujo al primer canto de “You are my fire, the one desire…” absolutamente todos querían atesorar para este momento para siempre y con él la presencia de los Backstreet Boys. Y es que fue como ver el video en vivo, con los trajes de blanco y los pasos de baile que hicieron tan famoso aquel video del aeropuerto. Cada uno de los que estuvimos ahí coreamos la rola como si no hubiera un mañana –aunque confesaron que la letra no tiene sentido– pero es cosa que pocos notamos cuando se trata de cantar con sentimiento y no con la cabeza.
Era evidente que se acercaba el fin y llegó el encore. Todos teníamos el sentimiento a flor de piel y sabíamos que el viaje estaba a punto de terminar. Muchos comenzaban a irse para alcanzar el metro o para no encontrar congestionada la salida, pero la gran mayoría nos quedamos porque quién sabe en dónde estemos en los próximos diez o veinte años. Nos dimos cuenta que el tiempo pasa más rápido de lo que creemos.
Brian, Kevin, Howie, Nick y AJ regresaron al escenario con su más reciente éxito “Don’t Go Breaking My Heart“, canción que se ha sabido colocar en las listas de popularidad y que suena mucho más actual. Los Backstreet Boys quieren estar en nuestro presente y no solo en nuestros recuerdos. Finalmente cerraron con “Larger Than Life“, agradeciendo a todo el público y dedicando esta canción a los fans que los han llevado hasta donde están a lo largo de todo este tiempo.
Terminó el concierto y regresamos al 2020. Con el pasar de los años cambiamos todos esos accesorios locochones por ropa decente para ir a trabajar y ya no tenemos un peinado tan cool o atrevido como nos imaginamos de niños. Sí, somos viejos. Pero noches como esa nos recuerdan que la música viaja por el tiempo, hace que olvidemos por un par de horas el presente y nos transporta a una época en la que quizá éramos felices y no lo sabíamos. Si algo es muy cierto es que los Backstreet Boys son la prueba de que lo que nos hizo feliz en el pasado y la música con la que crecimos en la niñez o adolescencia difícilmente saldrá de nuestra vida.
Setlist
“Everyone”
“I Wanna Be With You”
“The Call”
“Don’t Want You Back”
“Nobody Else”
(Brian solo)
“New Love”
“Get Down” (You’re The One For Me)
“Chateau”
(Howie solo)
“Show Me The Meaning Of Being Lonely”
“Incomplete”
“Undone”
“More than that”
“The Way It Was”
(Nick solo)
“Chances”
“Shape of My Heart”
“Drowing”
“Passionate”
(Kevin an AJ)
“Quit playing Games” (Whit My Heart)
“As long as You Love Me”
“No Place”
“Breathe”
(A capella)
“Don’t Wanna Lose You Now”
“I´ll Never Break Your Heart”
“All I Have To Give”
“Everybody” (Backstreet´s Back)
“We’ve Got It Going´On”
“Its Gonna Be You”
“That’s the Way I Like It!
“Get Another Boyfriend”
“The One”
“I Want It That Way”
Encore:
“Don’t Go Breaking My Heart”
“Larger Than Life”
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Vhagar, Meleys y Sunfyre: La historia de los dragones del cuarto episodio de ‘House of the Dragon’
Estamos en el cuarto episodio de la segunda temporada de House of the Dragon. Y nos atrevemos a decir que hasta ahora, ha sido el capítulo más emocionante de todos porque por fin la “Danza de los dragones” se hizo realidad.
Antes de que piensen que les vamos a dar spoilers, aquí sólo van a encontrar un peso de contexto sobre los dragones que aparecen en este episodio. Les platicaremos la historia de Meleys, la dragona de Rhaenys; Vhagar, el enorme dragón de Aemond; y Sunfyre, el hermoso dragón de Aegon.
Y como dato extra, también les platicaremos de Dreamfyre, el dragón de Helaena. Este dragón nunca ha salido en la serie, pero su historia es una de las más interesantes desde los primeros años tras la conquista de Aegon. Así que pongan atención porque se puede poner enredado.
Sunfyre, el dragón de Aegon III
Cuando Aegon tenía 13 años, “conectó” con su dragón, el cual lleva el nombre de Sunfyre. De acuerdo al libro Fire & Blood, Sunfyre era el dragón más hermoso que jamás se hubiera visto, pues tenía las escamas doradas y sus alas eran rosadas.
Ahora bien. En la época de los Targaryen que vemos en House of the Dragon, coexisten dragones viejos y dragones jóvenes. Uno de los más viejos es Vhagar, el cual pertenece a Aemond, pero tuvo más jinetes desde la conquista (ahorita vamos a eso).
Sunfyre, en el caso contrario, era de los dragones más jóvenes, y su primer jinete fue el mismo Aegon. Después de los episodios vistos en este cuarto capítulo de la serie (aguas porque pueden ser spoilers), el destino de Sunfyre es incierto.
Sunfyre, de ser el dragón más hermoso, pasa a estar gravemente herido, con un ala rota, sin un ojo y un montón de heridas en su cuerpo que tardan en sanar. Tan mal estaba, que incluso lo mandan a matar, pero el dragón dio batalla y sobrevive.
Meleys, la dragona de Rhaenys
En la primera temporada de House of the Dragon, Meleys y Rhaenys protagonizaron una de las escenas más emocionantes. Al cierre, la princesa y su dragona se aparecen en la coronación de Aegon como rey de Westeros (muy al estilo de Shrek, pues).
Sabemos perfectamente que Rhaenys pudo decir “dracarys“, matar a Aegon, Alicent, Otto y toda la familia usurpadora, y evitar que la guerra diera inicio. Pero también entendemos el punto de Rhaenys al decir que no le correspondía dar ese primer paso.
Conocida como la “Reina Roja”, Meleys le perteneció, primero, a la princesa Alyssa Targaryen. ¿Y quién era ella? Alyssa era hija de Jaehaerys I, el rey conciliador, y madre de Viserys y Daemon. En ese caso, Alyssa estaba casada con Baelon o el príncipe de la primavera (no olviden su nombre porque vuelve a aparecer).
Después, Rhaenys logra montarla y convertirse en una de las figuras más temidas en todo Westeros y entre los dragones de los Targaryen.
Vhagar, el dragón de Aemond
Baelon, el llamado rey de la primavera, esposo de Alyssa y padre de Viserys I y Daemon, fue el jinete de Vhagar, uno de los dragones que participaron en la conquista de los Targaryen en Westeros (Vhagar tenía unos 52 años durante la conquista).
*Sólo como dato curioso, Baelon y su hermano Aemon se querían mucho y tomaron la decisión de que ambos compartirían el trono. Uno sería rey y el otro la Mano. Y aunque las cosas no salieron como lo planeado, han de saber que Aemon es el papá de Rhaenys, y fue el primer jinete de Caraxes, el extraño dragón de Daemon en House of the Dragon.
Volviendo a Vhagar… como les contamos, este dragón formó parte de la conquista de Aegon junto a sus hermanas y esposas. Una de ellas era Rhaenys junto a su dragón Meraxes. También estaba Visenya, una reina guerrera, y su dragón (adivinen) Vhagar.
Después de Visenya, Baelon toma a Vhagar. Y después pasa a Laena Velaryon, la hija mayor de Lord Corlys y la princesa Rhaenys. Como recordamos, ella se casa con Daemon, con quien tiene dos hijas gemelas, Rhaena y Baela.
La muerte de Laena no es igual en los libros y la serie. En la serie, la princesa le pide a Vhagar, su dragón, que la mate. Pero en los libros no es así. Laena tuvo complicaciones durante un parto, y tras días enferma, decide que quiere volar a Vhagar por última vez. En camino hacia el dragón, colapsa y muere.
Tras la muerte de Laena, Vhagar se queda sin jinete, lo cual coincide con la falta de un dragón para el príncipe Aemond. Tras las burlas de sus hermanos y sobrinos (los hijos de Rhaenyra), Aemond se arma de valor y monta a Vhagar.
Sin embargo, Aemond nunca logra controlar por completo a Vhagar, pues es un dragón enorme y viejo. Parte de las consecuencias de esto es la muerte de Lucerys Velaryon: Vhagar destroza a Luke y su joven dragón Arrax de una mordida. Como alguna vez dijo Viserys, controlar a un dragón es una “ilusión”.
Dreamfyre, la dragona de Helaena
Visenya, la jinete de Vhagar en la conquista, tuvo un hijo llamado Maegor, quien al convertirse en rey recibió el nombre de “Maegor el Cruel”. Era hijo de Aegon el conquistador, pero no su primogénito. Sin embargo, su madre siempre quiso que él fuera el sucesor.
El segundo rey Targaryen en Westeros fue Aenys (hijo de Rhaenys), al cual describían como una persona amable y culta. Contrario a los deseos de Visenya, Aenys se convierte en rey y tiene dos hijos: Aegon y Rhaena. Aegon heredaría el trono, y lo quería hacer tomando como esposa a su hermana.
El rey Aenys acepta, pero el pueblo se niega bajo la manipulación de la Fe de los Siete. Entonces, Aenys se arma un plan y le dice a sus hijos/esposos que viajen por todo Westeros para demostrar que no pasa nada si son hermanos y están casados (Cersei y Jaime necesitaban un representante como Aenys, sin duda).
A estas alturas, Aegon no tenía dragón, pero Rhaena sí, Dreamfyre. Mientras el heredero está de viaje, el rey Aenys enferma y muere. ¿Qué debía suceder? Aegon tomaría el trono para convertirse en rey… pero aparece Maegor con su dragón Balerion (el mismo dragón de Aegon el conquistador), y toma el reino con ayuda de su madre Visenya.
Aegon lucha para tomar lo que le pertenece, pero Maegor lo mata. Es así como se convierte en el rey de los Siete Reinos, mata a los líderes de la Fe de los Siete, y toma a muchas mujeres como esposas. Entre ellas están las Black Brides (les decían así porque eran viudas a partir de que sus esposos habían muerto en manos de Maegor).
¿Y adivinen quién estaba entre las Black Brides? La princesa Rhaena, viuda de Aegon y sobrina del mismo Maegor. Pero esa no es la parte más interesante del chisme. Rhaena siempre estuvo enamorada de una mujer de la corte: Elissa Farman. Y así como llevaba a su hermano Aegon sobre Dreamfyre, también lo hizo con Elissa (como cuando te dedican la misma canción).
El chisme real dice que tras la muerte de Maegor, Rhaena se casó con Androw Farman, hermano de Elissa. Pero sólo lo hizo para estar cerca de ella… pero esa es otra historia.
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