Escrito en ENTRETENIMIENTO el
Actualidad
ahora hay cometas gigantes generando electricidad desde el cielo
La costa oeste de Irlanda, tan verde como escarpada por el viento, se ha convertido en el banco de pruebas de una idea novedosa: reemplazar las turbinas eólicas con cometas gigantes.
Generar electricidad desde el cielo. Dispuestos a encontrar una alternativa a los aerogeneradores terrestres, investigadores de la Universidad de Delft eligieron el condado de Mayo, en Irlanda, para probar un sistema llamado Kitepower.
En lugar de turbinas eólicas, Kitepower genera electricidad mediante cometas de 60 metros cuadrados que se alzan hasta los 425 metros desde el suelo.
Por qué Irlanda. Para poner el invento al límite. “Las condiciones de viento en la costa oeste de Irlanda nos permiten superar los límites de nuestro sistema, para hacerlo más robusto y fiable”, explicó a RTE Andrei Luca, jefe de operaciones de Kitepower. “Si ha funcionado en Irlanda, probablemente funcionará en todo el mundo”.
Fue así como el condado de Mayo, al oeste del país, se ha convertido en el primer sitio de pruebas de energía eólica aerotransportada del mundo, que los responsables de Kitepower describen como un potencial “cambio de juego” en el sector.
Cómo funciona. Con un ingenioso “efecto yoyó”. La cometa, sujeta a un cable enrollado en un tambor, asciende dibujando un ocho en el cielo durante 45 segundos. Este patrón de vuelo, inspirado en una vela de kitesurf, maximiza la tracción del viento, generando una fuerza de entre 2,5 y 4 toneladas. Esta fuerza hace girar el tambor, que a su vez está conectado a un generador en tierra, produciendo electricidad que se almacena en un sistema de baterías.
Una vez transcurridos los 45 segundos, la cometa se nivela para minimizar la resistencia al viento, lo que permite recoger el cable utilizando solo una fracción de la energía generada. El ciclo se repite una y otra vez, generando una ganancia neta de energía renovable. El sistema, que combina los movimientos del kitesurf con un sistema de guiado por GPS, es capaz de producir hasta 30 kilovatios de electricidad por hora por cada cometa.
En qué mejora a los aerogeneradores. Según Kitepower, sus cometas son el doble de eficientes que las turbinas eólicas a la hora de capturar la energía del viento, porque aprovechan los vientos de gran altitud, inaccesibles para los aerogeneradores convencionales.
Pero lo verdaderamente interesante es que todo el sistema cabe en un contenedor de seis metros, lo que lo convierte en un sistema portátil que se puede desplegar en cualquier lugar accesible por un camión, sin necesidad de cimientos pesados ni torres.
Islas y lugares remotos. Tras las pruebas en Irlanda, Kitepower ha puesto en marcha un proyecto piloto en los Países Bajos con la empresa constructora Dura Vermeer, donde el sistema se está utilizando para cargar excavadoras y camiones eléctricos en un proyecto de infraestructuras.
El objetivo de la empresa es llevar la tecnología a comunidades remotas y las islas de la Unión Europea, muchas de las cuales dependen de la importación de diésel, con el coste que eso conlleva. Las cometas desplegadas en Irlanda han demostrado que la energía eólica aerotransportada pude ser una alternativa barata, limpia y renovable.
Imagen | Kitepower
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
su carrera por modernizarse está rompiendo lo que siempre ha funcionado
La promesa de Windows 11 era ofrecer un sistema operativo moderno, pero cuatro años después, esa modernización se siente como una obra en construcción permanente. Mientras la adopción del sistema sigue siendo lenta —aunque alcanzó a Windows 10— algunos usuarios se enfrentan a una experiencia lastrada por parches que a menudo se convierten en errores.
Un cambio invisible que rompe cosas. Desde 2023, Microsoft aceleró una migración bajo el capó: abandonar la tecnología clásica y eficiente que dibujaba las ventanas, para abrazar WinUI y el Windows App SDK basado en XAML. El objetivo es unificar el diseño, pero la ejecución está pasando factura. WinUI introduce cambios que, si no se optimizan perfectamente, hacen sufrir al sistema: se atraganta esperando datos en el mismo hilo que dibuja la interfaz.
Esto explica por qué el explorador se siente pesado o por qué el menú de inicio y la barra de tareas llegan a desaparecer tras actualizaciones de seguridad. De hecho, en un encuentro comunitario que puedes ver en YouTube, confirman su misión de migrar superficies legacy a WinUI 3 para modernizar el SO, admitiendo las dificultades que han surgido.
No es solo diseño. Más allá de la capa de la UI, la última versión del SO ha sido un campo de minas donde Microsoft ha tenido que rectificar constantemente. El resultado son componentes que han ido presentando fallos, tanto por WinUI como por causas ajenas a este:
- La interfaz: los menús contextuales nacieron lentos y abarrotados, obligando a los de Redmond a rediseñarlos ahora para arreglar el problema de usabilidad que crearon. Incluso sus propios directivos han admitido públicamente que el Menú Inicio “molesta muchísimo” y necesita correcciones.
- La estabilidad: hemos sufrido desde actualizaciones que provocaban pantallazos azules por incompatibilidades de procesador hasta problemas específicos de rendimiento en chips AMD, pasando por fallos surrealistas donde el explorador de archivos se superponía a otras ventanas.
- La seguridad: la renovación del SO ha llegado a romper funciones vitales como la «Proteccion de Autoridad Local» (LSA), desactivándola involuntariamente con un parche.
La comunidad hace de parche y resistencia. Ante la lentitud para arreglar el último bug visual, los usuarios han tomado el control. El descubrimiento es revelador: desactivar la barra de comandos moderna (basada en WinUI) mediante herramientas no solo elimina los destellos blancos, sino que acelera la carga del programa y reduce el consumo de RAM.
Pero también esta comunidad se ha mostrado reacia a Windows 11: usan herramientas como Rufus para saltarse el requisito TPM (polémico en el lanzamiento) o versiones modificadas como Tiny11 para limpiar el bloatware. Parece que el usuario avanzado y entusiasta prefiere modificar el sistema antes que aceptar la visión oficial de Redmond.
El ciclo de la nostalgia. Todo esto alimenta el eterno debate sobre las versiones “buenas” y “malas” de Windows. Hoy muchos idealizan Windows 10 por su estabilidad, olvidando que en sus primeros años sufrió críticas feroces por las actualizaciones forzosas y la privacidad. Windows 11 parece estar atrapado en esa fase difícil de ciclo, agravada por unos requisitos que dejaron fuera a muchos PCs funcionales.
¿El Open Source al rescate? Mientras Microsoft vuelca recursos en la revolución ARM y los PC Copilot+, el escritorio no termina de afinarse. La compañía parece consciente y recientemente anunció planes para hacer WinUI de código abierto, de cara a acelerar la mejora de la tecnología base que hoy lastra al sistema. Quizá involucrar a más desarrolladores ayude a que este marco de desarrollo de la interfaz sea más limpio y estable, aunque tampoco implica que los fallos de Windows 11 (código privativo) vayan a arreglarse por esto.
Sin embargo, la comunidad de desarrolladores es escéptica, apuntando en foros especializados que WinUI tiene problemas de rendimiento. Hasta que Microsoft no logre que este nuevo elemento sea tan sólido como el clásico, y contente al enorme parque de hardware que lo instala, Windows 11 seguirá pagando el peaje de la modernidad con cierta inestabilidad ocasional.
Imagen de portada | Composición con imágenes de Pepu Ricca y Javier Penalva para Xataka
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Explotan críticas por la presentación de Bu Cuarón en el último concierto de Dua Lipa en la CDMX
Los hijos el cineasta Alfonso Cuarón, Tessy Bu Cuarón y Olmo Cuarón, ha sido criticados tras su presentación como “telonistas” en el último concierto de la gira de Dua Lipa “Radical Optimism Tour” en la Ciudad de México.
En un video compartido a través de sus cuentas de Instagram se observa a los hermanos arriba del escenario interpretando una canción en el estadio GNP.
Sobre esto, muchos usuarios cuestionaron que se le diera ese espacio a la inglesa Bu Cuarón, argumentando que existía “talento nacional alternativo”.
De igual manera, en comentarios en la publicación en Instagram, cuestionaron su capacidad como artista y más de un comentario la catalogaba como “sin talento”.
Usuarios de X la señalaron de “nepobaby” (referente a los hijos de celebridades que acceden a oportunidades por sus vínculos familiares) desde el día de su presentación hasta este lunes.
En una publicación compartida por Bu junto a Dua Lipa, su papá Alfonso Cuarón le escribió un escueto mensaje en los comentarios: “felicidades Bu y Olmo”.
Bu Cuarón lanzó su primer sencillo en Spotify titulado “Viceversa” en febrero del 2024 y desde entonces cuenta con 263 mil reproducciones desde su estreno.
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
La escena de una película traumatizó a toda una generación cada vez que se bañaba en el mar. Y todo se debió a un error
La historia de ‘Tiburón’ comienza mucho antes de que su monstruo aparezca en pantalla: nace en un rodaje caótico, con una criatura mecánica que no funcionaba, un director joven al borde del despido y un clima de tensión que amenazaba con hundir no solo la película, sino también la carrera de Steven Spielberg.
De ahí que la escena más escalofriante haya surgido de lo más lógico: un fallo.
El fallo técnico y bañarnos. La historia la contó hace tiempo el propio Spielberg. Todo el equipo asumía que el film estaba condenado. Bruce, nombre con el que apodaron al enorme tiburón robótico, se averiaba constantemente en cuanto tocaba el agua salada, los días pasaban sin poder rodar nada utilizable y las filtraciones desde Hollywood aseguraban que la producción era un desastre. Sin embargo, de aquellas limitaciones (y especialmente de aquel tiburón inútil) nació una de las decisiones más influyentes de la historia del cine: no mostrar la amenaza, sino insinuarla.
La necesidad técnica forzó a Spielberg a rodar la película como un thriller de suspense, más cercano a una peli de Hitchcock que a un espectáculo de criatura gigante, y convirtió la serie de problemas mecánicos en el mayor acierto narrativo de su carrera. El resultado fue una cinta donde el terror brota de lo invisible, del agua en calma, del sonido ominoso de dos notas que avanzan como una amenaza imparable: una tensión que cambiaría para siempre la relación del público con el mar (para mal).
La secuencia. La icónica escena de apertura (una playa tranquila, una fiesta y una chica que decide bañarse bajo la luna) es el ejemplo perfecto del modo en que Spielberg transformó las carencias técnicas en una virtud cinematográfica. No vemos al tiburón en ningún momento, pero sentimos su presencia desde la primera vibración del agua. Chrissie, interpretada por Susan Backlinie, se adentra en el mar mientras la cámara la acompaña sin prisas, sin advertencias, hasta que algo la agarra desde abajo, la sacude de un lado a otro y termina arrastrándola hacia las profundidades.
En la superficie vuelve la calma, pero el público ya no puede recuperarla: sabe que lo desconocido está ahí, acechando donde no se ve. El impacto psicológico fue tan inmediato que muchos espectadores, primero en Estados Unidos y luego en Europa, salieron del cine con la misma frase en la cabeza: “No vuelvo a meterme en el agua en la vida”. Spielberg construyó un ataque invisible en el que la imaginación del espectador se convierte en el verdadero monstruo, y lo hizo porque simplemente no tenía otra opción: Bruce nunca habría podido rodar ese plano de forma convincente. La ausencia del animal, paradójicamente, creó una presencia más aterradora que cualquier criatura mecánica.


Los fallos que forjaron la tensión. Durante el rodaje, el tiburón mecánico resultó ser prácticamente inutilizable. Los motores se corroían con la sal, las articulaciones fallaban y los operadores submarinos pasaban horas intentando reflotar un robot que se hundía más que atacaba. Spielberg confesaba que el bicho “se veía tonto” y que temía que el público se riera. Pero cuando algo no funciona, el cine puede reinventarse.
Obligado a rodar sin mostrar al depredador, el director y su equipo optaron por trabajar como si la cámara fuese el propio tiburón: planos a ras de agua, puntos de vista inquietantes, silencios tensos y, sobre todo, el ritmo aterrador compuesto por John Williams, inicialmente recibido como una broma y finalmente convertido en uno de los leitmotiv más reconocibles de la historia del cine.
Bola simple. La maquinaria fallida obligó a concentrar la narrativa en el “menos es más”, y esa reducción visual transformó lo que iba a ser un filme de monstruos en una pieza de suspense puro, una en la que la amenaza se oculta bajo la superficie como un trauma colectivo listo para emerger. El propio Spielberg admitió después que, si el tiburón hubiera funcionado bien, ‘Tiburón’ habría sido una película mucho peor o, como mínimo, muchísimo menos aterradora.
De accidente a revolución cultural. Así, lo que comenzó como un rodaje en crisis terminó desencadenando un fenómeno sin precedentes. ‘Tiburón’ no solo aterrorizó a millones de espectadores (literalmente alterando su relación con la playa), sino que redefinió la industria del cine. La película, además, inauguró el concepto de “estreno-evento”: campañas masivas, lanzamientos en cientos de salas y una estrategia de verano que demolió la vieja creencia de que nadie iba al cine cuando hacía buen tiempo.
El público acudía una y otra vez para gritar, para sentir el sobresalto, para volver a sumergirse en esa primera escena que convertía un baño nocturno en un acto de pura temeridad. La cinta de Spielberg abrió la puerta a un nuevo modelo económico, inspiró estrategias de marketing agresivas, generó una avalancha de imitadores y consolidó el blockbuster como motor central de Hollywood.
Por cierto, recordaba en un estupendo reportaje del Guardian por el aniversario del filme que su impacto cultural dio lugar a interpretaciones infinitas: lecturas sobre masculinidad, poder, crisis institucional, paranoia post-Watergate y hasta debates sobre su contenido moral. Sin embargo, cuando le preguntaron a Spielberg qué significaba de verdad ‘Tiburón’, la respuesta fue tan sencilla como brillante: “Es una película sobre un tiburón”. Y lo que la convierte en algo más grande es que, por culpa de un fallo técnico, ese tiburón casi nunca aparece.
Imagen | Universal Pictures
ues de anuncios individuales.
Source link
-
Actualidad2 días agodatos confusos, causas múltiples y un estigma
-
Deportes2 días agoSergio Ramos se despide de Rayados tras la eliminación ante Toluca
-
Musica2 días ago
Dua Lipa: Critican a Bu Cuarón tras su presentación en concierto de la cantante
-
Actualidad2 días agoCómo crear tu propio villancico con inteligencia artificial
-
Actualidad1 día agoReportan que actor de K-dramas atropelló a mujer e intentó ocultar su cuerpo en 1991; continuó con su carrera hasta 2017
-
Actualidad1 día agotodo bien hasta que se olvidó de la contraseña
-
Actualidad1 día agoReportan que actor de K-dramas atropelló a mujer e intentó ocultar su cuerpo en 1991; continuó con su carrera hasta 2017
-
Musica1 día agoMuere Tony Méndez, guitarrista de Kerigma; dueño de Rockotitlán




