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los robots superarán en número a sus empleados humanos

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En algunos de los centros logísticos más avanzados de Amazon, los robots ya no son una ayuda: son mayoría. Se mueven sin descanso, levantan estanterías, escanean paquetes y alimentan una enorme red de distribución. La automatización está dejando de ser una promesa para convertirse en una realidad que puede marcar el ritmo de todo el sector.

Amazon ya ha desplegado más de un millón de robots en sus centros logísticos. Lo dice la propia compañía, que lleva años automatizando muchas tareas antes realizadas por personas. Esa cifra no solo es la más alta registrada hasta ahora, también refleja hasta qué punto la automatización ha dejado de ser marginal para convertirse en una pieza clave del sistema.

Según datos recopilados por Red Stag Fulfillment, Amazon contaba a principios de 2025 con unos 1,56 millones de empleados a nivel global. De ese total, aproximadamente 1,1 millones trabajaban en Estados Unidos. Si comparamos ambas cifras, el número de robots empieza a acercarse al de trabajadores humanos.

Todo empezó hace más de una década

En 2012, Amazon pagó 775 millones de dólares por Kiva Systems, una empresa que entonces se dedicaba a fabricar robots móviles para mover estanterías en almacenes. Fue una operación inesperada, pero cargada de intención: no era solo una adquisición tecnológica, era una declaración de principios. Amazon no solo compraba la tecnología, compraba el control de su automatización futura.

Desde entonces, la estrategia fue clara. Amazon empezó a integrar la tecnología de Kiva en sus centros logísticos. Lo que en su día era una startup especializada en manejo de materiales se convirtió en el corazón de una transformación silenciosa que ha redefinido cómo se procesan millones de pedidos al día.

Al principio, los robots de Kiva se limitaban a transportar estanterías con productos sin embalar. Era una solución muy concreta, diseñada para eliminar tareas físicamente exigentes y repetitivas. Pero con los años, el papel de la robótica fue ampliándose. Hoy, los robots no solo mueven cosas: empaquetan, clasifican, levantan pesos, organizan cargas y optimizan rutas dentro del almacén sin descanso.

En algunos centros, más de 70 brazos robóticos clasifican millones de artículos, llenan bolsas de papel, cierran carros de reparto y colaboran directamente con el personal humano. “La compra de Kiva marcó el inicio de nuestro viaje robótico”, explicaba Amazon. “Pero fue solo el principio”. Y lo que vino después lo demuestra.

Robtos Amazon
Robtos Amazon

Amazon no solo ha multiplicado el número de robots en sus almacenes. También ha diversificado su catálogo hasta formar un ecosistema de máquinas especializadas, cada una con funciones muy concretas y un grado de autonomía que sigue creciendo.

Uno de los sistemas más avanzados es Sequoia, una plataforma que utiliza inteligencia artificial para gestionar inventario con mucha más rapidez. Aseguran que permite identificar y almacenar productos un 75% más rápido que los sistemas tradicionales. Lo hace desplazando los artículos directamente hacia zonas de almacenaje o hacia operarios situados en puestos diseñados para evitar lesiones, siempre a la altura adecuada: entre el pecho y los muslos.

Vulcan
Vulcan

A su lado trabajan otras unidades móviles como Hercules y Titan. Ambas se encargan de mover estanterías completas —los famosos pods— hasta las estaciones de trabajo. Titan, más robusto, está preparado para transportar objetos más voluminosos y pesados, como pequeños electrodomésticos o palets de productos. Ambos modelos navegan de forma autónoma por suelos marcados con códigos, evitan obstáculos y ajustan su movimiento en tiempo real.

En tareas más específicas aparece Vulcan, el primer robot de Amazon con “sentido del tacto”. Es capaz de detectar cuánta fuerza aplica al agarrar un objeto y cuándo ha hecho contacto, lo que le permite manipular artículos frágiles o mal colocados sin dañarlos. Trabaja especialmente en los niveles más altos y bajos de las estanterías.

Pegasus Fulfillment Center Robot Amazon
Pegasus Fulfillment Center Robot Amazon

La cadena sigue con Sparrow, un brazo robótico que identifica productos, los agarra y los coloca en el contenedor correcto gracias a visión por computador y aprendizaje automático. Después intervienen sistemas de automatización del embalaje, que proporcionan bolsas de papel a medida para cada pedido usando sensores y sellado térmico.

Sparrow Hero 1
Sparrow Hero 1

Robin y Cardinal son brazos robóticos que recogen paquetes, detectan daños y los colocan en carros, incluso cuando pesan hasta 23 kilos. Luego entra en juego Proteus, el primer robot autónomo de Amazon, que circula libremente por el almacén y lleva esos carros hasta la zona de salida sin ayuda humana.

En todo este despliegue, hay una categoría de máquinas que sigue generando especial interés: los robots humanoides. ¿Qué papel tienen? ¿Están empezando a integrarse en los centros logísticos? La respuesta, por ahora, es matizada. Amazon ha comenzado a probarlos, pero su presencia es limitada y sus funciones muy concretas.

En 2023, la compañía anunció el inicio de pruebas con Digit, un robot bípedo desarrollado por Agility Robotics, una empresa en la que Amazon invirtió a través de su Industrial Innovation Fund. Digit mide 1,75 metros, puede transportar cargas de hasta 16 kilos. Su primera tarea ha sido ayudar en el reciclaje de totes, las cajas vacías que se transportan constantemente una vez procesado su contenido.

Imágenes | Amazon (1, 2, 3, 4, 5)

En Xataka | La IA como ChatGPT es posible gracias al uso indiscriminado del contenido online. Cloudflare acaba de decir que se acabó

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Mozilla quería convertir Firefox en un navegador con IA. La comunidad ha forzado un cambio que no estaba en sus planes

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Durante años, Mozilla y su navegador Firefox han representado una rareza: un producto moldeado por usuarios exigentes, celosos de su control y poco dados a aceptar cambios impuestos. Por eso, cuando la palabra “IA” empezó a aparece en su discurso oficial, no sonó a simple actualización técnica, sino a posible giro identitario. No era una discusión sobre funciones concretas, sino sobre límites. Hasta dónde puede estirarse Firefox sin dejar de ser reconocible para quienes lo eligen precisamente por no parecerse a los demás.

Antes de que estallara la polémica, Mozilla ya había empezado a dibujar su hoja de ruta en torno a la IA con un tono deliberadamente prudente. En sus comunicaciones hablaba de elección, de transparencia y de evitar que la inteligencia artificial se convirtiera en una capa permanente del navegador. La IA, según ese planteamiento inicial, debía convivir con la experiencia clásica de Firefox sin sustituirla, ofreciendo herramientas concretas y desactivables, y manteniendo la promesa de que el usuario decide si las usa, cuándo lo hace y en qué condiciones.

AI Window. La pieza más visible de esa hoja de ruta es una nueva ventana pensada específicamente para interactuar con un asistente de IA mientras se navega. Mozilla la describe como un espacio separado, completamente voluntario, que permite pedir ayuda contextual sin alterar el resto de la experiencia del navegador. No sustituye a la ventana clásica ni a la privada, sino que se suma como una opción adicional que el usuario decide si activa o no. La compañía insiste en que puede desactivarse en cualquier momento y que su desarrollo se está haciendo en abierto, con una lista de espera para probarla y enviar comentarios.

Por qué Mozilla cree que es importante. Desde la organización argumentan que la IA se está convirtiendo en una nueva forma de acceder a la web y que ignorar ese cambio dejaría al navegador en una posición pasiva. Su tesis es que, a medida que más interacciones pasan por asistentes, se vuelve esencial preservar principios como la transparencia, la rendición de cuentas y la capacidad de decisión. Firefox, como navegador independiente, se presenta así como un intermediario que usa la IA para orientar al usuario hacia la web abierta, en lugar de retenerlo en un entorno cerrado de conversación. Ese equilibrio empezó a resquebrajarse en diciembre, cuando desde la cúpula de Mozilla se reforzó públicamente el mensaje sobre la IA.

Navegadores Varios
Navegadores Varios

La reacción no fue casual si se entiende a quién interpela Firefox. Buena parte de sus usuarios no llega al navegador por inercia, sino tras haberlo buscado de forma deliberada, alejándose de opciones como Chrome, Edge o Safari. Ese perfil más técnico y crítico tiende a vigilar cualquier cambio que perciba como una cesión de control. En ese contexto, la IA no se evalúa solo por lo que hace, sino por el precedente que sienta y por el riesgo de normalizar decisiones tomadas sin el consentimiento explícito del usuario.

El “AI kill switch” y el calendario. Ante la escalada de críticas, Mozilla pasó de las generalidades a los compromisos explícitos. En una respuesta a una carta abierta publicada en Reddit, su CEO, Anthony Enzor-DeMeo, escribió: “Ten la certeza de que Firefox siempre seguirá siendo un navegador construido alrededor del control del usuario”, y añadió: “Tendrás una manera clara de desactivar las funciones de IA. Un verdadero interruptor de apagado (kill switch) llegará en el Q1 de 2026”. Con esa promesa, Mozilla asumía un compromiso verificable: una opción para desactivar por completo todas las funciones de inteligencia artificial en un plazo concreto, el primer trimestre de 2026, como forma de reforzar la confianza.

Cuando el deabte sigue abierto. El anuncio del “kill switch” no cerró el debate, sino que lo desplazó a una cuestión más básica: cuándo entra en juego la IA. Para muchos usuarios, que exista un interruptor para apagarla implica que la IA estaría presente desde el inicio y que es el usuario quien debe desactivarla. La alternativa que reclaman es la contraria, que la IA esté completamente apagada al instalar Firefox y solo se active tras una decisión explícita. En Mastodon, la cuenta Firefox for Web Developers admitió que existen “áreas grises” sobre qué significa opcional en la interfaz, por ejemplo si un botón nuevo cuenta como tal, pero insistió en que el “kill switch” desactivará por completo la IA.

Con la discusión ya sobre la mesa, Mozilla se ha visto obligada a hacer algo que no estaba en el guion inicial: concretar, matizar y comprometerse públicamente más de lo previsto. El discurso sobre la IA en Firefox ha pasado de los principios generales a los detalles incómodos, y ahí es donde se juega la confianza de su comunidad. Las promesas están hechas, los plazos marcados y las palabras escritas. Ahora la diferencia no la marcarán los comunicados, sino cómo se traduzcan esas garantías en el producto final y si Firefox consigue integrar la IA sin diluir aquello que lo hizo distinto.

Imágenes | Firefox | Denny Müller

En Xataka | La IA ha permitido que los desarrolladores programen más rápido que nunca. Eso está resultando ser un problema

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La RAM se ha encarecido tanto que ya distorsiona el mercado. Acaban de aparecer en escena los ordenadores “preensamblados”

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Hay momentos en los que un componente aparentemente secundario revela que el mercado ya no funciona como antes. La RAM está empezando a cumplir ese papel. Su precio y su disponibilidad han dejado de ser un detalle asumido para convertirse en un factor que altera decisiones comerciales básicas, desde cómo se fija el precio final de un PC hasta qué incluye, o no, una configuración estándar. Cuando eso ocurre, no hablamos solo de encarecimiento, sino de un cambio silencioso en las reglas del juego.

La señal más clara de este giro ha llegado desde Paradox Customs, un integrador fundado en 2019 en Deer Park (Nueva York) que ha optado por algo poco habitual: permitir que el cliente configure un ordenador sin memoria RAM. La empresa lo explica en su cuenta en X, debido a la escasez continuada y a la escalada de precios, ofrece la opción de seleccionar “no RAM” en el proceso de compra. Lo plantea, además, para quien ya tenga módulos o pueda conseguirlos por su cuenta, una forma directa de sortear un mercado que ya no garantiza suministro estable a precios previsibles.


Tuit
Tuit

Pulsa para ver el mensaje original en X

Cuando la RAM manda. El encarecimiento de la memoria no solo suma al presupuesto, también descompensa la lógica interna de una configuración. Un PC que antes se ajustaba cambiando CPU o gráfica ahora puede quedar fuera de rango únicamente por la RAM, obligando a recortar en otros componentes o a replantear el conjunto. En ese escenario, la memoria deja de ser un acompañamiento silencioso y pasa a dictar decisiones que afectan al rendimiento global, al perfil de uso y a la percepción de valor del equipo final.

Estrategias para sobrevivir. Frente al mismo problema, el mercado está reaccionando de formas muy distintas. CyberPowerPC, por ejemplo, avisó de cambios de precio a partir del 7 de diciembre de 2025, atribuyéndolos a “condiciones del mercado”. Framework, en cambio, aseguró que no ha cambiado el precio de su memoria, pero retiró la venta de módulos independientes de su tienda para frenar a los revendedores y reservar inventario para quienes compran la memoria junto con sus portátiles. No hay una solución única, solo ajustes para ganar tiempo en un escenario inestable.

La presión de la IA. Detrás de esta tensión no hay un único factor, sino un cambio profundo en la demanda. Los centros de datos dedicados a inteligencia artificial necesitan grandes volúmenes de memoria, y eso está reordenando prioridades en la industria. En el sector se viene señalando otra presión, parte de la capacidad de producción de fabricantes como Samsung o SK Hynix se estaría orientando a HBM, una memoria de mayor margen pensada para aceleradores y servidores, lo que reduce el margen para la RAM convencional de consumo. El efecto no es inmediato, pero sí acumulativo, y termina notándose en el mercado doméstico.

Este contexto no afecta por igual a todos los actores. Los integradores especializados, como Paradox, compran componentes en el mercado abierto, de modo que cualquier vaivén en precios o disponibilidad suele trasladarse con rapidez a su oferta. Los grandes fabricantes, como Dell o HP, funcionan con escala, volúmenes muy superiores y cadenas de suministro pensadas para operar a nivel global, lo que suele amortiguar mejor este tipo de vaivenes. Esa diferencia ayuda a entender por qué unos reaccionan con cambios visibles en el configurador y otros lo hacen de forma más gradual y menos explícita.

Cambios visibles. La escena que deja este cambio es clara, el ordenador preensamblado parece estar entrando en una etapa distinta, menos en estos meses. La memoria ha pasado de ser un componente invisible a un factor que reescribe catálogos y decisiones comerciales. De momento, las señales públicas que están dejando algunos fabricantes apuntan a un escenario inestable, con medidas defensivas y avisos de cambios de precio.

Imágenes | Paradox Customs

En Xataka |La crisis de la memoria RAM parecía tener los meses contados. Micron tiene una perspectiva completamente diferente

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Telefónica prometió un gran ahorro de cara a 2030. Su ERE se ha negociado en 2.500 millones de euros y 4.525 despidos

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Telefónica y los sindicatos mayoritarios UGT, CCOO y Fetico-Sumados han firmado el expediente de regulación de empleo (ERE) que afectará a las siete filiales del grupo. El volumen mínimo de salidas se establece en 4.525 empleados, 14 menos de lo inicialmente previsto tras una reducción de última hora en las divisiones de Telefónica Global Solutions, Telefónica Innovación Digital y Telefónica S.A.

Tal y como destacaba el comunicado de CCOO, el acuerdo se alcanza tras casi un mes de negociaciones maratonianas, iniciadas en noviembre cuando la dirección comunicó su intención de realizar el ERE por causas objetivas que afectaría a 6.088 empleados.

Menos despidos de los calculados

El acuerdo alcanzado establece la salida mínima de unos 4.525 empleados, lo cual supone una rebaja del 25,6% con respecto a las 6.088 bajas planteadas al inicio de las negociaciones. No obstante, ese límite únicamente responde a una estimación mínima, la compañía calcula que finalmente unos 5.500 empleados se acogerán a una salida voluntaria. En cualquier caso, es una cifra inferior a la anunciada por la operadora antes de las negociaciones.

El grueso del ajuste corresponde a las empresas amparadas por el Convenio de Empresas Vinculadas (CEV), con 3.765 salidas mínimas distribuidas de la siguiente manera: 2.925 en Telefónica de España (casi el 33% de una plantilla de 8.892 personas), 720 en Telefónica Móviles (el 20% de un total de 3.587 efectivos) y 120 en Telefónica Soluciones (el 11% de 1.118 trabajadores).

En el caso de estas acogidas al Convenio de Empresas Vinculadas, la cifra final de despidos no es fija, sino que depende del volumen de adhesiones voluntarias, con una horquilla que va desde 3.765 hasta 5.040 salidas. Las unidades globales del grupo suman 585 despidos. 109 despidos en Telefónica Global Solutions (el 17% de los 638 empleados), 182 en Innovación Digital (18,3% de 993 efectivos) y 294 en la matriz TSA (25,3% de 1.160 empleados). A estas cifras se añaden 175 salidas en Movistar+, que representan el 20,3% de su plantilla de 860 personas, una reducción significativa respecto a las 297 bajas inicialmente previstas.

Condiciones económicas y requisitos de adhesión

Las indemnizaciones contemplan distintos tramos según el año de nacimiento de los trabajadores. Los nacidos entre 1969 y 1971 percibirán el 68% del salario regulador hasta los 63 años y el 38% a partir de entonces, aunque en Movistar+ quedan excluidos los nacidos en 1971.

Para los más veteranos nacidos entre 1965 y 1968, los porcentajes son del 62% hasta los 63 años y del 34% posteriormente, mientras que los nacidos en 1964 o antes, recibirán el 52% del salario hasta los 63 años y el 35% a partir de entonces.

Para adherirse voluntariamente con estas condiciones, se requieren 15 años de antigüedad en las filiales vinculadas y 13 años de antigüedad en las filiales globales. Además, estas últimas incluyen primas de voluntariedad de entre 5.000 y 18.000 euros según la antigüedad, duplicando las cuantías propuestas inicialmente.

El proceso de salidas se llevará a cabo de manera escalonada dependiendo de la filial. Para las filiales vinculadas, el periodo de solicitud de salida voluntaria comenzará el 29 de diciembre y finalizará el 26 de enero, mientras que en las filiales globales, se extenderá del 29 de diciembre al 29 de enero. En Movistar+, el plazo de voluntariedad se aplaza hasta el 7 de enero y se aceptarán hasta el 6 de febrero.

Gastar para ahorrar

Telefónica calcula que este ERE tendrá un coste de unos 2.500 millones de euros antes de impuestos. Para Telefónica España y Movistar Plus+ la provisión será de alrededor de 2.300 millones de euros, mientras que para las unidades corporativas será de aproximadamente 200 millones de euros respectivamente.

Estos recortes de plantilla se enmarcan dentro del nuevo plan estratégico Transform & Grow de Telefónica para el periodo 2026-2030, que busca ahorrar en costes hasta 3.000 millones de euros anuales en 2030. No obstante, la compañía estima un ahorro anual cercano a 600 millones de euros a partir de 2028, con un impacto positivo en la generación de caja ya desde 2026.

De forma simultánea al ERE, Telefónica ha alcanzado un acuerdo con las centrales sindicales para extender los convenios colectivos de las siete filiales hasta el año 2030. El avance más significativo es el compromiso de incrementar los salarios un 1,5% cada año mientras esté vigente el convenio, afectando tanto a las filiales vinculadas como a las unidades globales de Telefónica.

Los empleados de las filiales vinculadas percibirán un pago adicional de 300 euros en octubre, de los cuales 150 euros se consolidarán anualmente en las tablas salariales. Entre los beneficios sociales destacan la ampliación de la bolsa de teletrabajo hasta 12 días, la extensión de la jornada semanal de 36 horas a las unidades globales, la mejora de los avales bancarios para adquisición de vivienda de 75.000 a 100.000 euros, ayudas de 3.000 euros para alquiler y la declaración del 24 y 31 de diciembre como días no laborables.

En Xataka | Las mejores estrategias para pedir un aumento de sueldo, la negociación más parecida a una “batalla” en el trabajo

Imagen | Telefónica

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