El actor Armie Hammer, conocido por su papel en “Call Me by Your Name” junto a Timothée Chalamet, reveló que intentó tener un encuentro íntimo con otro hombre, pero no funcionó; esto ocurrió después de catalogar a las mujeres como “lo peor”.

Hammer, acusado de abuso sexual, ha enfrentado serios problemas legales que han limitado su participación en proyectos cinematográficos. Sin embargo, sigue activo a través de un podcast en YouTube.

“Intenté salir con un hombre una vez y fue hilarante porque pensé: ‘¿Sabes qué? Las mujeres son lo peor’”, comentó en su espacio en la plataforma de videos.

El actor añadió: “Los hombres gays parecen tenerlo tan fácil. Estoy en un restaurante, mi teléfono explota con notificaciones de Grindr, y alguien más escribe: ‘Estoy en el mismo lugar, ¿quieres un encuentro en el baño?’. Y es como: ‘Chicos, vuelvo en cinco minutos’.”

Hammer también relató que conoció a un hombre francés con quien intentó tener un encuentro íntimo, pero no sucedió como esperaba. “Físicamente, no fue nada. Absolutamente nada. Ni siquiera un mínimo cosquilleo”, expresó el actor.

Cabe recordar que en marzo de 2021 una mujer identificada como Effie acusó a Hammer de violación y otros actos violentos durante una relación. Ella afirmó que en abril de 2017, Hammer la violó en Los Ángeles; posteriormente, la policía de esa ciudad abrió una investigación.

En enero de 2021 se filtraron supuestos mensajes privados en los que el actor detallaba perturbadoras fantasías sexuales, desde mutilaciones hasta canibalismo, a través de una cuenta de Instagram llamada House of Effie; además se sumaron testimonios de dos exparejas en el mismo sentido.

El actor declaró que esas actividades sexuales, fuera de su matrimonio, fueron consensuadas, acordadas entre los participantes. Tras las declaraciones, su esposa Elizabeth Chambers le solicitó el divorcio después de 10 años y dos hijos en común.

Hammer ingresó a un centro de rehabilitación en Florida en junio de ese año, para tratar sus adicciones al alcohol, drogas y sexo. En 2023 el actor admitió haber sido abusivo emocionalmente con sus exparejas, aunque negó haber cometido violación; además, reveló que fue víctima de abuso sexual a los 13 años por parte de un pastor religioso.

Las emblemáticas sondas espaciales Voyager 1 y Voyager 2, lanzadas hace casi 50 años, se están quedando sin energía. Con tal de no perderlas, la NASA ha tomado la decisión de apagar otros dos instrumentos para extender su vida útil.

Un instrumento menos en cada Voyager. El pasado 25 de febrero, revela ahora la NASA, el equipo de misión apagó el subsistema de rayos cósmicos de la sonda Voyager 1, que estudiaba partículas de alta energía en el espacio interestelar.

El instrumento ha estado haciendo ciencia todo este tiempo y en 2020 permitió detectar por primera vez cómo los electrones provenientes del Sol se aceleran al rebotar en las ondas de choque a medida que se desplazan fuera del sistema solar. La Voyager 1 es el objeto fabricado por humanos que más lejos está de la Tierra y que más tiempo lleva internándose en el espacio interestelar.

El próximo 24 de marzo, la NASA apagará además el instrumento que mide partículas cargadas de baja energía en la Voyager 2. Estos movimientos buscan reducir el consumo energético de las sondas, que dependen de un generador de radioisótopos cuyo plutonio se está agotando. Ambas pierden alrededor de 4 vatios de potencia cada año.

Apenas quedan instrumentos operativos. La NASA lleva tiempo apagando funciones de las Voyager para prolongar su vida útil. De los 10 instrumentos científicos originales, solo tres seguirán funcionando en cada una de las sondas gemelas, uno de ellos durante apenas unos meses:

1. El magnetómetro: mide la fuerza y dirección del campo magnético en los confines del sistema solar, ayudando a entender cómo interactúan el campo magnético del Sol y el campo magnético del espacio interestelar
2. El subsistema de ondas de plasma: detecta ondas electromagnéticas y de plasma, proporcionando información sobre la densidad y la temperatura del plasma en el espacio interestelar
3. En la Voyager 1, el instrumento de partículas cargadas de baja energía, que la NASA planea desactivar también a finales de 2025. En la Voyager 2, el subsistema de rayos cósmicos, que se mantendrá operativo hasta 2026

Un creciente historial de reparaciones. En mayo de 2024, después de seis meses sin recibir datos científicos legibles debido a la degradación de la memoria interna de la Voyager 1, la NASA logró restablecer el envío de información mediante una compleja (y casi heroica) actualización de software. Ya había pasado en 2010 con la Voyager 2, pero en aquella ocasión se solucionó con un reinicio.

No solo la memoria va fallando. En septiembre de 2024, los ingenieros tuvieron que encender unos propulsores secundarios de la Voyager 1, inactivos durante décadas, para corregir la orientación de la sonda debido a una obstrucción de sus motores principales, también fruto de su longevidad. El procedimiento implicó un cuidadoso calentamiento temporal de los motores inactivos, pero fue exitoso y permitió seguir con la misión.

La NASA espera que lleguen a 2030. Suzanne Dodd, jefa del proyecto Voyager, dijo en un comunicado que apagar instrumentos es un paso crucial para evitar el fin “prematuro” de la misión. Gracias a estos ajustes, ambas naves podrían seguir enviando información científica al menos hasta la década de 2030, aunque con una reducción progresiva de sus capacidades.

En cuanto a lo de “prematuro”: las Voyager han superado ampliamente su misión original, cuyo plan inicial era explorar Júpiter y Saturno. Gracias a la excelencia en su ingeniería y estos constantes ajustes, las naves han seguido funcionando más allá de lo esperado, revelando información única sobre el espacio interestelar y la heliopausa, la región donde el viento solar pierde su influencia.

Imágenes | NASA

En Xataka | El rescate de la Voyager 1 ha comenzado. Con 8 KB de memoria, un lenguaje de programación de 1957 y un lag sin igual

AP.-  Se estima que 19.7 millones de espectadores vieron la ceremonia de la 97 edición de los Premios de la Academia el domingo por la noche, la audiencia más grande en cinco años, según cifras publicadas por ABC el martes.

Aunque “Anora” ganó cinco Óscar, incluido el de mejor película, y otras cintas favoritas y ganadoras habían sido vistas relativamente poco, se generó un aumento respecto a los 19.5 millones de espectadores del año pasado, cuando el gran éxito “Oppenheimer” ganó en las principales categorías y la aún más exitosa “Barbie” tuvo una presencia destacada.

La transmisión presentada por Conan O’Brien se benefició de 10 nominaciones para el éxito de taquilla “Wicked” y de una actuación de apertura de sus estrellas, Cynthia Erivo y Ariana Grande. La película ganó premios por su diseño de producción y vestuario.

El espectáculo tuvo un aumento especialmente grande entre las personas de 18 a 49 años, impulsado por las visualizaciones en celulares y laptops de los espectadores más jóvenes. Y la cadena afirmó que fue el programa de entretenimiento en horario estelar más visto de 2025.

A pesar de esto, el aumento ocurre tras un mínimo histórico durante la pandemia, y los cambios en los hábitos de visualización para prácticamente todos los eventos en vivo, a excepción del Super Bowl, que implican que es muy poco probable que se alcancen nuevamente los números que el programa solía tener.

Un récord de 55 millones de personas vieron “Titanic” arrasar en 1998, y por años la gala no tuvo menos de 30 millones de espectadores hasta el 2018, cuando cayó a 26.5 millones. La audiencia se desplomó cuando el programa tuvo una versión reducida en 2021 y fue visto por 9.85 millones. Comenzó a recuperarse en 2022 —el año de la famosa bofetada de Will Smith a Chris Rock— con 16.6 millones.

Además, la transmisión en vivo de Hulu de los Óscar de este año se cortó en los momentos finales de la premiación, haciendo que los espectadores se perdieran la victoria de Mikey Madison como mejor actriz y la victoria de “Anora” como mejor película en tiempo real.

Los Óscar aún superan significativamente a otras premiaciones. Sus casi 20 millones de espectadores fueron mucho más que los 15.4 millones de los Grammy.