Julio César Chávez rechazó tener conocimiento de los amparos presentados por los abogados de su hijo Chávez Jr.

La leyenda del box mexicano expresó que respeta y confía en las autoridades de México y de Estados Unidos, y dijo estar seguro que el caso de Julio César Chávez Jr. se aclarará.

“Quiero expresar mi pleno respeto y confianza en las autoridades de México y de los Estados Unidos. Estoy convencido de que se aclararán los hechos, porque mi hijo no es un delincuente”.

“Esa será tarea de los abogados, quienes ya están trabajando en ello. Quiero dejar en claro que desconozco los amparos que se han presentado hasta este momento”, dijo Chávez en un breve comunicado publicado en redes sociales.

Asimismo, pidió respeto hacia su privacidad, la de su familia y del proceso legal que su hijo sigue en estos momentos.

“Cuando las cosas se aclaren, estaré en la mejor disposición de responder todas sus preguntas, como siempre lo he hecho. Agradezco su comprensión”.

El fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, señaló que México está listo para judicializar al boxeador Julio César Chávez Jr. quien fue detenido la semana pasada en Estados Unidos y está a la espera de ser deportado.

“Vamos a estar pendientes, todo nuestro personal está listo”, señaló el funcionario durante la mañanera del martes.

Añadió que la defensa de Chávez ha presentado amparos, pero aseguró que estos no proceden.

“El abogado de esta persona ha estado presentando una serie de amparos que son improcedentes y lo vamos a judicializar en el momento en que llegue”, dijo Gertz.

Chávez Jr., de 39 años, fue detenido el jueves pasado en Estados Unidos y será deportado a México. La detención se dio luego de que el sábado pasado el pugilista perdiera en una pelea en Anaheim ante Jake Paul.

El Gobierno estadounidense lo acusa de tener nexos con el Cártel de Sinaloa, además de no contar con documentos para estar de forma legal en el país.

A pesar de que en diciembre de 2024 fue declarado “una grave amenaza para la seguridad pública” del país, al final las autoridades estadounidenses determinaron que su caso no era prioritario y no fue arrestado en ese momento.