¿Sabías que muchos años antes de que la NASA admitiera a mujeres en sus programas y de que la humanidad llegara a la Luna, Barbie ya tenía una edición astronauta y un traje espacial?

Este es el primer traje de astronauta que diseñaron para Barbie en 1965, lo que significa que fue la “primera exploradora de la Luna”, antes del Apollo 11 que fue lanzada 4 años después.

Muchos años después, dos muñecas Barbie llegaron hasta la Estación Espacial Internacional con una única misión: alentar a niñas para que le entren a carreras STEM que las lleven a ser astronautas o científicas espaciales.

Barbie astronauta

Si bien tenemos que hablar de la feroz carrera espacial que existía desde mediados de los 50 y hasta finales de los 80, Barbie ya era un ícono y ya era referente muy importante.

Como lo mencionamos anteriormente, Miss Astronaut Barbie fue lanzada en 1965, cuando las muñecas se vendían por separado de los juegos de ropa para que se pudieran cambiar las veces que quisieran. Este conjunto tenía un traje espacial color plata, con botas café sin tacón, un casco y, claro, la bandera de Estados Unidos.

Va de nuez, si bien este lanzamiento ocurrió en una época en que la carrera espacial estaba ruda y era natural que Barbie se convirtiera en la primera astronauta de Estados Unidos en ir a la Luna, su lanzamiento puso en la mente de las niñas y jóvenes una idea: que podían ser astronautas.

20 años después y en el contexto del boom de la moda y la cultura de la época, Barbie volvió a aparecer con un traje espacial mucho más llamativo. El traje espacial era rosa intenso, con un cabello tan grande que apenas cabía en su casco, botas rosas, medias brillantes y una bolsa. 

El comercial incluso apuntaba a que Barbie estaba lista para ir a la Luna y para ir a una disco, si es que se encontraba una allá. Esta tendencia de que el vestuario podía servir para dos cosas: para el trabajo y para después de la chamba.

Si bien la idea de una mujer en el espacio para ese entonces ya no era nueva, ahora Barbie astronauta era una mujer negra.

La primera mujer en ir al espacio fue la rusa Valentina V. Tereshkova que se lanzó al espacio en la nave Vostok 6 para orbitar la Tierra el 16 de junio de 1963. Luego de eso pasaron casi 20 años antes de que otra mujer volara al espacio. 

Ya en los 90 aparecieron dos muñecas Barbie, cuyos trajes espaciales se parecían más a los que usan los astronautas de carne y hueso. Una de las muñecas fue lanzada para celebrar el aniversario del alunizaje del Apollo 11.

Luego, en 1998 lanzaron un Space Camp Barbie, que fue la primera muñeca en no ser astronauta.

Si bien las muñecas astronautas representaban un sueño que tardaría varios años en materializarse para los niños, en el futuro, esta nueva muñeca ponía sobre la mesa un camino mucho más cercano para que los niños se acercaran al espacio y trazaran un camino para lograr sus metas.

Solo entre 2000 y 2010 se lanzaron 7 muñecas con temática del espacio. Nomás para que nos demos una idea: en 2013 se lanzó la Mars Explorer Barbie que llevó al mundo rosa hasta el planeta rojo. De igual forma se lanzaron Barbies científicas espaciales y astrofísica. 

Y por supuesto, están inspiradas en mujeres reales. Como Katherine Johnson (matemática de la NASA que trabajó en el programa Mercury), Sally Ride (la primera mujer estadounidense en el espacio), Samantha Cristoforetti (la primera mujer italiana en el espacio) y Katya Echazarreta (la mexicana que fue al espacio).

Las mujeres llegaron al espacio y Barbie también

Por allá de 2011 se lanzó la línea Barbie Space Discovery con un traje espacial mucho más moderno. Justamente esta fue la versión que subió a la Estación Espacial Internacional, en 2022, como parte de la Misión Dream Star.

Pasaron varios meses allá arriba y luego de regresar a la Tierra, se unieron a la colección del Museo Nacional del Aire y el Espacio. Representan a una mujer blanca y una mujer negra. 

Es más, el Museo en el que están cuenta que ambas muñecas recibieron una preparación espacial antes del vuelo: no pudieron llevar accesorios y están peinadas para evitar que se les cayera un cabello en la Estación Espacial. 

¿El objetivo? Impulsar a más niñas y mujeres para que le entren a las carreras relacionadas con la ciencia. El mundo necesita más científicas.

Barbie luchando contra el polvo lunar

Este es un dato extra que está bastante interesante. Uno de los principales problemas al que se enfrentan los científicos en el contexto de la exploración lunar es el polvo lunar.

Los expertos explican que el polvo lunar es abrasivo, está cargado eléctricamente y está en todos lados. Se pegan a los trajes espaciales y es complicado de limpiar, como sucedió en las misiones Apolo.

Uno de los científicos de esta investigación explica que si los sellos de los trajes se llenan de polvo y se produce suficiente abrasión, entonces no sellarán correctamente y podría haber fugas. Lo que también provocaría daños en los pulmones de los astronautas. 

Un equipo de la Universidad Estatal de Washington trabajó en un nuevo método para limpiar los trajes espaciales y usaron Barbies. Les hicieron trajes con tela de los trajes espaciales reales. 

Bañaron a las muñecas con ceniza (porque el polvo lunar en la Tierra es… escaso) y luego las rociaron con nitrógeno líquido en condiciones similares a la Luna. Lograron eliminar el polvo en un 97% en entorno ambiental y un 98.4% en condiciones de vacío. 

Claro que esta investigación tiene que hacerse a gran escala y con algunos otros ajustes, pero es el inicio de un gran avance para la exploración lunar.

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“Un pájaro no puede volar con una sola ala. Los vuelos espaciales tripulados no pueden desarrollarse más sin la participación activa de las mujeres”, dijo Valentina Tereshkova, la primera mujer en el mundo en orbitar la Tierra.

Hasta marzo de 2023 han volado al espacio 72 mujeres, de las cuales 44 han trabajado en la Estación Espacial Internacional como tripulantes de expedición de larga duración, como visitantes en vuelos de ensamblaje de transbordadores espaciales o como participantes de vuelos espaciales en misiones de corta duración. 

Y no solo las mujeres que fueron al espacio, también las científicas que lo hicieron posible desde la Tierra. Necesitamos más científicas.

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