Connect with us

Musica

Parchís, la magia no termina

Published

on

La década de los años 80 estuvo marcada por música pop que conectó con la juventud de la época, éxitos que siguen indelebles al paso del tiempo, pero un año antes del cambio de década -en 1979- surgió Parchís, agrupación que alcanzaría el éxito en países como Argentina y México para después volverse los más populares en toda América Latina. Sus sencillos fueron el soundtrack de miles de niños que ahora son abuelos y han transmitido esas emociones sonoras a las nuevas generaciones.

Y como la magia no termina, Parchís está de regreso en los escenarios nacionales a través de GiraTour Pop & Rock, proyecto que arrancó en Monterrey y ahora llega a Guadalajara. Hoy -jueves 28 de noviembre- a las 21:00 horas, la alineación española ofrecerá un show junto con Fandango, Los Chamos, MDO, Ilse y Mimí de Flans, Alix y Diego de Timbiriche y Lara-Monárrez, en el que el principal motor es la nostalgia. El espectáculo durará alrededor de tres horas, en las que se tocarán las canciones más emblemáticas de cada grupo y también habrá interacción entre todos los músicos.

LEER TAMBIÉN: Documental de Parchís llegará a Netflix

El regreso a los escenarios ha sido para Parchís bastante especial, en marzo  pasado estuvieron en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG) para presentar su documental, el cual, desde su estreno, se colocó entre el contenido más visto de la plataforma Netflix.

“El documental fue un proceso difícil, era recordar cosas, las muy buenas que las hemos recordado siempre, y las regulares. Creo que este documental ha sido un regalo maravilloso que nos ha traído hoy aquí. Todos los fans fueron los que hicieron que esté en Netflix, ellos además hicieron que éste se pudiera llevar a cabo y eso después de 35 años es mucho decir, así que estamos muy agradecidos con la gente que sigue recordando al grupo Parchís”, compartió Yolanda en entrevista.

En ese sentido, Gemma agregó que la fórmula de ellos para ser un grupo generacional es que en el momento en el que ellos salieron a escena no había grupos infantiles, “faltaba ese punto en la música, ese grupo”. Y Tino concuerda que además de toda esta promoción que había detrás, ellos como integrantes tenían personalidades complementarias, “éramos un reflejo de la gente, del público que se identificaba con nosotros”.

Un acercamiento diferente

La vuelta de Parchís a los reflectores también sirvió para reconocerse en una época donde las redes sociales marcan la pauta en el acercamiento con el público: “Muchos amigos de toda la vida que sabían que yo estaba en Parchís me han llamado para felicitarme, para decirme que no sabían hasta qué punto Parchís fue tan importante, porque en España no había llegado todo lo que habíamos hecho en México, y a través del documental el público conoció qué tan importante fue el grupo en mucha gente”.

La agrupación española vive el presente, por lo que actualmente se concentra en la gira con sus amigos de la música de toda la vida.

¡Asiste!

La agrupación ochentera está de regreso en los escenarios nacionales: hoy llega a la Perla Tapatía con la GiraTour Pop & Rock; en entrevista, los integrantes charlan sobre su experiencia con los reencuentros musicales .

LEER TAMBIÉN: Parchís y Timbiriche juntos en una gira por México

 

ues de anuncios individuales.

Musica

2025: Cuando se apagan las voces, queda el legado

Published

on



El año 2025 quedará marcado por despedidas para la industria del entretenimiento y la cultura. A lo largo de doce meses, el cine, la música, la televisión, la literatura, la moda y hasta la vida pública internacional perdieron a figuras que moldearon sensibilidades, acompañaron generaciones y dejaron obras que hoy funcionan como refugio de la memoria.

Enero. El año comenzó con la pérdida de Leo Dan, fallecido el 1 de enero. Dejó un cancionero romántico que atravesó décadas y fronteras. Sus melodías se convirtieron en banda sonora de amores, nostalgias y despedidas, consolidándolo como uno de los grandes cantautores de habla hispana. Apenas tres días después, el 4 de enero, murió Emilio Echevarría, actor mexicano cuya intensidad quedó grabada para siempre en su interpretación de “El Chivo” en “Amores perros”, un personaje que redefinió el realismo y la crudeza del cine nacional contemporáneo.

El 9 de enero, la voz inconfundible de Amparo Garrido se apagó, dejando tras de sí un legado entrañable en el doblaje, la actuación y la locución. Su trabajo marcó la infancia de miles de espectadores. El 12 de enero falleció Iliana de la Garza, actriz constante en telenovelas y series, cuya presencia discreta pero sólida la convirtió en un rostro familiar para la audiencia mexicana.

La pérdida de David Lynch, el 16 de enero, resonó a escala mundial. El cineasta estadounidense transformó la narrativa audiovisual con universos inquietantes y oníricos, como los de “Blue Velvet” y “Twin Peaks”. Días más tarde, el 27 de enero, murió Alma Rosa Aguirre, una de las últimas figuras vivas de la Época de Oro del cine mexicano, heredera de una tradición que conectó el pasado glorioso con nuevas generaciones.

Febrero. Este mes fue especialmente duro. El día 11 de ese mes falleció Norma Mora, actriz cercana al público gracias a su simpatía en comedias y películas populares. El 16 de febrero, México perdió a Tongolele, vedette, bailarina y símbolo absoluto del espectáculo, cuya fuerza escénica la convirtió en icono cultural. Un día después, el 17 de febrero, murió Paquita la del Barrio, figura irrepetible de la música popular mexicana, recordada por sus letras directas y su voz inconfundible, que dio voz al desamor y al empoderamiento femenino. El 18 de febrero, el cine internacional despidió a Gene Hackman, actor ganador del Oscar y referente indiscutible de Hollywood. Finalmente, el 20 de febrero falleció Daniel Bisogno, conductor y actor cuyo estilo mordaz marcó durante décadas al programa “Ventaneando”.

Abril. La primavera trajo más despedidas. El 1 de abril murió Val Kilmer, actor emblemático de los años ochenta y noventa, recordado por papeles icónicos en “Batman eternamente” y “The Doors”. Días después, el 7 de abril, falleció Memo del Bosque, productor clave de la televisión mexicana, impulsor de formatos que definieron una época. El 13 de abril, el mundo literario lamentó la muerte de Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura, autor fundamental de la narrativa contemporánea en español. El 21 de abril, el fallecimiento del Papa Francisco marcó el fin de un pontificado histórico por su cercanía con los pobres, su defensa de los migrantes y su llamado constante a la justicia social.

Mayo. El día 13 de ese mes, murió Pepe Mujica, ex presidente de Uruguay y símbolo global de una política austera y profundamente humanista. Junio trajo la pérdida de Brian Wilson, el 11 de junio, genio creativo y cofundador de The Beach Boys, cuyas armonías definieron un sonido que aún hoy inspira a músicos de todo el mundo.

Julio. El 2 de julio falleció Julián McMahon, actor australiano conocido por “Nip/Tuck” y “Charmed”, tras una batalla privada contra el cáncer. Su muerte fue confirmada por su esposa, quien destacó su amor por la vida, su trabajo y sus seguidores. En julio también se fueron dos iconos del entretenimiento: Ozzy Osbourne, el 22 de julio, leyenda absoluta del rock y fundador de Black Sabbath, y Hulk Hogan, el 24 de julio, figura central de la lucha libre que trascendió el ring para convertirse en símbolo de la cultura pop.

Agosto. El 21 de agosto, el rock mexicano perdió a Xava Drago, vocalista recordado por su energía y por canciones que marcaron a toda una generación, como “Aún”, con Coda. 

Septiembre. En septiembre, el día 4, murió Giorgio Armani, diseñador italiano que revolucionó la sastrería y construyó un imperio de lujo basado en la elegancia atemporal. El 16 de septiembre, el cine despidió a Robert Redford, actor, director y defensor incansable del cine independiente.

Octubre. El 1 de octubre falleció Jane Goodall, primatóloga y conservacionista cuya labor transformó la forma en que entendemos a los animales y nuestra relación con la naturaleza. El 11 de octubre murió Diane Keaton, actriz emblemática del cine estadounidense, dueña de un estilo único e irrepetible. El 18 de octubre, la música perdió a Sam Rivers, bajista de Limp Bizkit, recordado por la banda como el pulso y el alma de su sonido. El 26 de octubre falleció Alicia Bonet, actriz mexicana ligada al cine clásico, con trabajos que permanecen en la memoria colectiva.

Noviembre. El 1 de noviembre murió Héctor Terrones, diseñador de moda mexicano, cerrando un año que dejó un profundo vacío, pero también un legado inmenso. En sus obras, canciones, películas y pensamientos, todos ellos continúan vivos, recordándonos que el arte y la cultura trascienden incluso a la muerte.

Diciembre. A esta larga lista de pérdidas se sumó, hacia el cierre del año, la muerte de Abraham Quintanilla, figura clave en la historia de la música latina, reportada el 13 de diciembre. Músico y productor, fue el patriarca de la familia Quintanilla y el principal impulsor de la carrera de Selena, cuya proyección internacional transformó de manera definitiva el panorama del pop latino. Su fallecimiento generó una oleada de mensajes de reconocimiento, en los que se le recordó como un defensor incansable del talento, la identidad cultural y el legado artístico de su hija hasta el último día.

CT

Temas

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading

Musica

Conciertos: Guadalajara vive un cierre de año con amplia oferta musical

Published

on



El cierre del año encuentra a Guadalajara vibrando con una intensidad particular. Las últimas semanas de diciembre no solo marcan el final del calendario, también se consolidan como uno de los periodos más activos para la vida nocturna de la ciudad.

La música, en todas sus formas, toma los escenarios y transforma las noches tapatías en una sucesión de encuentros sonoros que van del rock clásico a la exploración contemporánea.

La agenda es tan diversa como el público que la habita. Conciertos de artistas internacionales conviven con propuestas independientes; el rock y el pop dialogan con expresiones escénicas y proyectos emergentes. Guadalajara despliega así un mapa de recintos que se complementan entre sí, desde el Auditorio Telmex y el Teatro Diana hasta foros que apuestan por sonidos actuales.

Esta efervescencia no es casual. La escena local ha construido una identidad flexible, capaz de atraer a públicos cada vez más curiosos y transversales, que transitan sin prejuicios de un espectáculo multitudinario a una propuesta escénica o a un concierto de corte más íntimo. Leyendas internacionales, música mexicana, rock y proyectos emergentes confirman a diciembre como uno de los meses más activos del año en términos de entretenimiento.

Auditorio Telmex: grandes producciones 

El Auditorio Telmex, uno de los recintos más emblemáticos de la Zona Metropolitana de Guadalajara, se prepara para cerrar 2025 con una cartelera que reafirma su vocación de amplitud musical. 

El recinto recibirá hoy, 13 de diciembre, a las 21:00 horas a Tombochio, en un espectáculo que amplía la oferta del Telmex hacia públicos diversos. Tombochio llega con un show explosivo que combina ritmos latinos, rock y sonidos alternativos en un concierto lleno de energía y frescura. Su propuesta única, letras poderosas y puesta en escena vibrante convierten cada concierto en una experiencia imperdible para quienes buscan música diferente y auténtica. Una oportunidad ideal para vivir de cerca a una de las propuestas que están marcando tendencia en la escena musical actual.

Uno de los conciertos más esperados del mes se llevará a cabo el miércoles 17 de diciembre, cuando a las 21:00 horas se presenten Toto y Christopher Cross. La unión de estas dos figuras emblemáticas promete una noche de alto nivel musical, marcada por canciones que han acompañado a varias generaciones y que forman parte del repertorio esencial del rock y el soft rock. El concierto se perfila como uno de los grandes cierres de diciembre y una cita obligada para los melómanos de la región.

Teatro Diana: tradición, memoria y propuestas escénicas

El Teatro Diana reafirma su lugar como uno de los espacios culturales más relevantes de Guadalajara, con una programación decembrina que cruza música y tradición. Este cierre de año, el recinto ofrece funciones pensadas para públicos diversos, desde seguidores del rock nacional hasta familias que buscan espectáculos con un fuerte componente escénico.

El domingo 14 de diciembre, a las 18:00 horas, el Teatro Diana será sede de “Dos voces, Un Sentimiento”, con Arturo Vargas & Steeven Sandoval. Este espectáculo ofrece una propuesta distinta dentro de la agenda del mes, y se suma a la diversidad de formatos que caracterizan la programación del recinto.

Una de las fechas más destacadas llegará el 19 de diciembre, a las 20:00 horas, cuando Los Babys y Los Falcons compartan escenario en una velada que promete ser un viaje directo a la nostalgia. La presentación conjunta de estas dos agrupaciones emblemáticas del rock and roll mexicano reunirá canciones que marcaron época y que siguen resonando en la memoria colectiva de varias generaciones.

Sede Stage: sonidos actuales

La oferta musical de diciembre también encuentra espacio en foros que apuestan por propuestas contemporáneas y una relación más cercana con el público. En Sede Stage, hoy, 13 de diciembre, a las 21:00 horas, se presentará Kevin Roldán, en un concierto que suma una opción más para quienes buscan sonidos actuales y una experiencia directa con el artista.

Sin duda, más allá de nombres y fechas, diciembre invita a recorrer Guadalajara a través de sus escenarios. Cada recinto ofrece una experiencia distinta, de lo monumental a lo íntimo, y juntos construyen un mosaico musical que define el cierre del año. Guadalajara no baja el telón: lo enciende y lo llena de música.

CT

Temas

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading

Musica

Música: Jelly Roll: de la cárcel al Grammy

Published

on



Jelly Roll se detiene apenas un segundo para tomar aire. No es una imagen poética ni una licencia narrativa: está corriendo cuesta arriba en el sur de Texas cuando atiende el teléfono. La respiración agitada acompaña una risa franca y una frase que resume el momento que atraviesa. “Las endorfinas están volando. Me siento genial”, dice, antes de rematar con entusiasmo: “¡Es hora de ganar un Grammy!”. El entrenamiento físico forma parte de un proceso más amplio de transformación personal, uno que hoy se refleja tanto en su cuerpo como en su música.

Y motivos para entrenar no le faltan. Esta semana fue invitado a convertirse en miembro del Grand Ole Opry, una de las instituciones más sagradas del country estadounidense. Un mes antes, recibió la noticia de que fue nominado a tres premios Grammy de 2026, marcando su tercer año consecutivo en la lista de candidatos. Dos de esas nominaciones representan territorio completamente nuevo para él y confirman la amplitud de su alcance artístico.

Por primera vez, Jelly Roll compite en la música cristiana contemporánea (CCM, por sus siglas en inglés) gracias a “Hard Fought Hallelujah”, su colaboración con el cantante cristiano Brandon Lake. Además, está nominado en la categoría inaugural de álbum de country contemporáneo por “Beautifully Broken”. “Definitivamente es el mayor honor”, afirma sin rodeos. “Todos quieren ser nominados para un Grammy”.

Lanzado en 2024, “Beautifully Broken” se convirtió rápidamente en un punto de conexión profunda con su audiencia, un público que no solo escucha sus canciones, sino que se reconoce en ellas. El disco funciona como un espejo y, al mismo tiempo, como una promesa. “Dios quería que la gente supiera que aún puedes ser hermoso y estar roto”, explica Jelly Roll sobre el espíritu del álbum y su reconocimiento en los Grammy. “Es verdaderamente mi álbum más significativo”.

La idea de la belleza nacida de la fractura atraviesa buena parte de su obra. Canciones como “Winning Streak”, que relata el primer día sobrio de una persona y que debutó nada menos que en “Saturday Night Live”, o la frontal y sin adornos “I Am Not Okay”, reflejan una poética de la supervivencia. Aunque hoy su presente parezca estable y luminoso, Jelly Roll nunca oculta el peso de su pasado.

Ha estado encarcelado varias veces. La más grave ocurrió cuando tenía 16 años, juzgado como adulto por robo agravado. A los 23, fue arrestado por tráfico de drogas. No habla de esos episodios como capítulos cerrados, sino como cicatrices activas. “Nunca estoy desconectado de eso”, dice, consciente de que esa historia sigue moldeando su manera de estar en el mundo.

Ese vínculo permanente con la adversidad explica también su compromiso filantrópico. Gran parte de sus esfuerzos se enfocan en la salud mental, la recuperación de adicciones y el acompañamiento a personas privadas de la libertad. No es raro verlo ofrecer actuaciones en prisiones, escenarios donde sus canciones adquieren un peso distinto, casi terapéutico.

“Cuando comencé a hacer esto, solo estaba contando la historia de mi yo roto”, reflexiona sobre sus primeros pasos en la música. “Para cuando lo superé, me di cuenta de que mi historia era la historia de muchos. Así que ahora ya no estoy contando mi historia. Estoy sacándola directamente de las grietas de las personas cuya historia nunca ha sido contada. Directamente de ellos”. Luego bromea, con una frase que suena a manifiesto: “Tengo una política de que nadie llora solo”.

Fe sin etiquetas

En ese recorrido, la fe ocupa un lugar central. Jelly Roll asegura que Dios ha sido la fuerza que impulsó su último año y que la nominación al Grammy en música cristiana es una confirmación más de ese respaldo. “Él me respalda”, dice con convicción. Aun así, descarta la idea de un giro definitivo hacia la CCM. “Definitivamente vivo un poco demasiado secular para estar lanzando música cristiana”, admite. Para él, el reconocimiento de “Hard Fought Hallelujah” es otra señal de que “Dios conoce mi corazón”.

Brandon Lake, su socio en esa canción, ve la colaboración desde una sintonía similar. “El country se trata en gran medida de fe, libertad y familia, y esas son todas cosas en las que creo”, explicó. Trabajar con Jelly Roll, un artista al que admira, fue un paso natural. “Creo que podemos cambiar la vida de incluso más millones de personas a través de estas canciones”. Jelly Roll coincide y lo resume con sencillez: “Es bien intencionado”.

Más allá de premios y categorías, el cantante percibe un clima particular en el aire. Observa un país que busca mensajes de esperanza, ya sea en el country, en la música cristiana o en otras expresiones culturales. “Creo que realmente hay un avivamiento sucediendo en Estados Unidos ahora mismo donde se está volviendo a presentar el evangelio de una manera digerible”, reflexiona. “Y no parece tan acusador y al estilo de ‘todos se van a ir al infierno’, ¿sabes?”.

No le preocupan las críticas de sectores más rígidos. “Realmente no me importa cuando las religiones organizadas me señalan con el dedo”, continúa. “Solo me alegra ver el mensaje, el evangelio siendo presentado”.

Al final del día, Jelly Roll vuelve a la imagen con la que se define a sí mismo: “Soy un tipo roto que vino de un lugar roto y, como Humpty Dumpty, me volvieron a armar, cariño”. En esa reconstrucción personal se sostiene su música, una obra que no promete finales perfectos, pero sí la posibilidad de volver a levantarse. Y eso, espera, es lo que también puedan encontrar quienes lo escuchan: la certeza de que incluso desde las grietas se puede volver a respirar.

CT

Temas

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading

Trending